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LUGARES DE LA CELEBRACIÓN

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CREDENCIA

Una mesita pequeña, en un rincón del presbiterio (no debe estar adornada como un “altarcito”), donde se dejan el pan y el vino de la Eucaristía, y demás objetos que resulten necesarios.

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NAVE DE LA ASAMBLEA

También es signo de la presencia de Jesucristo. Estar atentos a la comodidad y funcionalidad del lugar de la asamblea; calidad del sonido; visibilidad de los lugares básicos de la celebración. No debe dar sensación de desorden y descuido.

SEDE DEL PRESIDENTE

Es el tercer lugar. El que preside la celebración representa también a Jesucristo en medio de la comunidad. Por eso se sienta en un lugar que resulte digno y visible. No tiene que ser un trono solemne, pero tampoco una silla en un rincón. Dependerá de la estructura concreta del presbiterio decidir donde debe situarse la sede. Normalmente lo mejor será situarla a un lado del altar (simétrico al ambón, por ejemplo), mejor que delante del altar. Si a ambos lados de la sede del presidente hay otros asientos, deben ser claramente distintos del asiento del presidente.

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AMBÓN

Es el lugar desde que se lee la Palabra de Dios,  es el segundo lugar importante. Tiene que ser un mueble sólido, bello, bien situado para que todo el mundo lo pueda ver. Porque con la Palabra el Señor se hace presente en medio de la comunidad. También habrá que prestar atención a que el libro con el que se lee la Palabra, o sea el leccionario, estén en buen estado. Y habrá que tener claro que desde el ambón sólo se lee la Palabra de Dios. También se puede pronunciar la homilía o decir las intenciones de la oración universal, pero es mejor no hacerlo. Y lo que desde luego no debe hacerse desde el ambón es dirigir los cantos, o leer moniciones o dar avisos.

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ALTAR

Es el lugar que debe concentrar toda la atención en la parte central de la Eucaristía. Por tanto, tiene que estar situado de modo que efectivamente todas las miradas converjan fácilmente en él. Si detrás del altar tenemos un gran retablo (o, más aún, un gran sagrario), habrá que iluminar el altar de modo que no quede visiblemente “sepultado” por el retablo o sagrario. Y sobre todo, habrá que procurar que sobre el altar no haya nada que impida la visión de lo más importante: el pan y el vino de la Eucaristía. Los candelabros, las flores, también la cruz, tienen que situarse de modo que resulten agradables a la vista e inviten a la alabanza y la oración, sin abarrocamientos, y sin que resulten más relevantes que el pan y el vino. También habrá que situar el misal y los micrófonos de modo que no tapen el pan y el vino, ni obliguen al presidente de la celebración a tener la cabeza ladeada para poder leer. Y finalmente, habrá que procurar que los manteles estén en buen estado y limpios.

DIRECCIÓN

​Av. Coromoto con José Felix Sosa, Urb. Bello Campo, Caracas,

Venezuela

(0212) 265.3323 / 266. 4715

CORREO: elbuenpastorcaracas@gmail.com

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